RUIDO BLANCO

El gran problema es de identidad. Infunde temor. No hay nada más crítico, no hay problema íntimo, ontológico, más profundo y grave que el de la identidad. Adopta formas (manifestaciones) casi impredecibles y, por tanto, poderosas. Nuestra propia crisis nos ciega. La muerte es detonante de nuestra crisis de identidad. Es un punto débil tan autodestructivo como enriquecedor. Preguntarnos quiénes somos sólo es una forma entre millares de buscarnos a nosotros mismos. Quién es el otro es preguntarse lo mismo. La adversidad consiste en no dar cuenta de que nosotros somos todo lo que nos rodea. Nos mordemos la cola. Quién sabe, tal vez seamos nuestra propia causa y efecto.
La imagen es de mi amiga, la bella artista, Carolina Miguelez. (http://www.carolinamiguelez.com.ar/)
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home